Priscila Valencia: “Ser parte de WIM ha sido un proceso largo de deconstrucción, desaprender y resignificar”

Priscila Valencia llegó a WIM después de rechazar la invitación de sus fundadoras -Priscilla Zamora y Valentina Suárez- para sumarse al proyecto; pero muy pronto, y tras colaborar en el primer seminario, “me enamoré del equipo, y luego, de Women in Management y su misión”. 

WIM ha sido su motivación para perseguir y concretar sus sueños, aunque siente que ha sido difícil comprender para qué es buena. “Luego de demasiadas largas vueltas, me he dado cuenta que disfruto montones y soy buena trabajando colaborativamente. Y disfruto no logrando todo, si no que ir por las cosas que verdaderamente importan... Así como muchas cosas de las que antes rehusé y hoy me encuentro feliz y plena”, y agrega, “disfruto mucho en WIM: son los más bacanes y poderosos”, nos cuenta ‘nuestra otra Priscila’.

¿Quién es Priscila Valencia?

Soy mujer, 35 años, esposa, hija, hermana y amiga, apasionada, soñadora, ingeniera Civil Química y MBA, directora de Women in Management, jefa de Gestión de Activos Renovables en ENGIE. 

Nací en Talca. En mis primeros años viví en Los Ángeles y luego nos cambiamos a Santiago. Desde muy chica solía ser la ‘matea’ del curso. En general "era suficientemente buena para todo", y casi no se notaba más de alguna carencia en inteligencia emocional, que sí tenía.

Vengo de dos familias, la Valencia que es muy pequeña, trabajadora y tenaz, y la López, una familia muy grande, cristiana y soñadora; hoy digo que yo soy muy de ambas.

Siempre me interesé en lograr cosas que se me decía o se pensaba que no podía. ¡Daba todo y practicaba para alcanzarlo! En general lo hacía sola, porque era de las que no confiaba mucho y quería atribuirme el logro. Fue así como logré aprender sola a nadar, a andar en bicicleta, y ya más grande, convertirme en Ingeniera. 

¿Con qué sueñas? 

Sueño con una sociedad más justa, preocupada de cada uno de sus integrantes así como del entorno, consciente de que cada una de nuestras acciones tienen efectos concretos en otros. Creo que aún no me siento cómoda hablando de cuál es mi propósito: a ratos siento que me quiero comer el mundo, y a ratos, me basta con abrazar a alguien. Trato de que en cada interacción que tengo -desde lo familiar a lo profesional- crear valor, aportar desde lo positivo y el amor. 

¿Cómo llegaste a Women in Management? 

Llegué de la generosa invitación de Priscilla Zamora y Valentina Suarez en el año 2015, que en sus inicios, rechacé. Recuerdo que en ese momento tenía otras luchas en mi cabeza a las que me quería dedicar. Fue en el 2016, durante el trabajo para nuestro primer Seminario "Conectando a las Líderes del Nuevo Chile", cuando me enamoré primero del equipo, y luego, de Women in Management y su misión. Ha sido un proceso largo de deconstrucción, desaprender y resignificar. 

¿Qué has aprendido en Women in Management?

He aprendido a amarme más, a aceptar mis características únicas y mis tiempos. También a practicar la sororidad y potenciar a las mujeres de mi entorno. Cada una de las personas en Women in Management participa de una manera muy generosa, entregada e impecable; eso te motiva aún más a perseguir tus sueños y concretarlos.